Sé que estás ahí,
Y mis pelos dormidos se alzan al contacto de tu voz,
Y mis ojos pálidos, entreabiertos, entrecerrados,
Y mis ojos pálidos, que no saben que mirar.
Son tus besos áridos, tus caricias pedregosas
Tus suspiros podridos, tu amor inexistente.
Es tu aroma a muerte, tus palabras que queman,
Eres tú, y mis ojos no te mirarán.
Ahí estas, al otro lado de la ciudad,
A kilómetros de amor,
A millones de inhalaciones,
Ahí estás y mis ojos pálidos no saben que mirar.
Sé que estás ahí,
Y tú no sabes cuantas caricias te tengo reservadas,
Sé como me miras,
Pero mis ojos pálidos no saben mirarte.
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